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La Cuestión se origina en Barranquilla, Caribe colombiano
domingo, septiembre 02, 2018
 

LEER ANTES DE VOTAR 

Por Andrés Rosales


Humberto De la Calle es el detritus del gobierno del nefasto Juan Manuel Santos. Llegó a la candidatura cabalgando sobre el  famélico caballo del acuerdo de paz del que fue artífice. Chamuscado por Santos, después de escribir una de las páginas más oscuras de Colombia en toda su historia, se merece  el lánguido  final que ha tenido como candidato y como político. La compañía  de la lamentable Clara López aumenta el desgano de los electores  hacia esa candidatura.

Germán Vargas Lleras, también chamuscado irremisiblemente por Santos, todo lo  calculó mal. Jamás previó que el gobierno actual, que integró hasta hace poco,   pudiera llegar a ser tan funesto  y que Santos levantaría tanto repudio e indignación. El plan Vargas Lleras de migrar de las mieles del gobierno a la brega de una candidatura presidencial cabalgando sobre sus  ejecutorias con el presupuesto estatal fue un fracaso rotundo: 7 años en el gobierno usufructuando toda la maquinaria y el presupuesto estatal para hacerse visible y entregar obras a lo largo del país, entre ellas casa gratis a los pobres,  no le sirvió para superar  ni el 10% de la intención de voto. Esto, un imposible en condiciones normales, solo se explica por la estela destructiva del gobierno de Santos. Vargas Lleras además reaccionó tarde puesto que, percatado del desastroso gobierno del que hacía parte, no se retiró de él  a tiempo, esto es, como tarde  en  vísperas del plebiscito, cuando Santos se aprestaba a escenificar el circo de  la firma del acuerdo de paz en Cartagena, aquel día en que, por cierto, siempre vanidoso y preocupado por las formas, se cambió de guayabera tres veces.

Fajardo, un político de provincia ex alcalde y ex gobernador, con todo lo que ello implica en la práctica política, saltó a la palestra nacional como candidato presidencial convertido de la noche a la mañana en una especie de Jesucristo antioqueño dispuesto a poner la otra mejilla. Dando por sentado que los demás somos idiotas, pretende su elección  con ese solo argumento. Adicionalmente se hace acompañar de Claudia Lopez, cuyo desagradable aspecto físico se transmite a sus ideas y a su forma de expresarse, igualmente desagradables. Contrariamente a su pareja, Fajardo evita opinar para no comprometerse. Adicionalmente ha demostrado su ignorancia en varios temas que se supone debería dominar como aspirante a la presidencia. Ni de las exigencias de los maestros en una reciente huelga estaba enterado,  él, que se promociona como el candidato profesor. Después, en un show a cargo de un  patético payaso televisivo, el profesor de aritmética Fajardo fue  incapaz de resolver un problema matemático relativamente simple.

Gustavo Petro, como todo izquierdista pretende navegar en las aguas mansas de la ignorancia del pueblo y se ha dedicado a lo que todos los izquierdistas: aprovecharse del hambre del pueblo, que desesperado no es capaz de discernir entre lo posible y lo imposible. Su programa  como candidato esta repleto de propuestas de   imposible cumplimiento, y las posibles tienen el inconveniente de que ejecutarlas  sería ruinoso, sobre todo en el ámbito económico, campo en que los izquierdistas zozobran más crudamente. El título de su programa económico  es “Hacia una economía productiva”. Filantropía pura,  que en materia económica es garantía de un estruendoso fracaso. Enumera minuciosamente todo aquello que pretende ejecutar y que convertiría a Colombia seguramente en la Suiza de Suramérica. Sin embargo, omite algo fundamental al no revelar cómo logrará toda esa fecundidad  que hará correr ríos de leche y miel. Así, solo se limita a conjugar  en futuro todos los verbos en forma impersonal: se fortalecerán, se reindustrializará, se diversificará, se renegociará, se defenderá, se incentivará, se impulsará… La expresión “hay que” inunda el programa de gobierno de este soñador algo idiota, que asegura atesorar la fórmula para convertir al país en un  paraíso terrenal en el que, por ejemplo, los recursos naturales milagrosamente volverán  al estado de los tiempos del descubrimiento de América.

Latinoamérica, que ha legado al mundo el manual de instrucciones de cómo  fracasar como estado y como sociedad, en este sentido alcanzó su culmen con el caso Venezuela. Por esa sola razón, Petro no debería pasar de ser el candidato de izquierda sin opciones que nunca debe faltar en unas elecciones. Sin embargo, sorpresivamente ocupa en las encuestas el segundo lugar.


Iván Duque debe imponerse cómodamente en la primera vuelta, y más adelante en segunda vuelta, ser elegido presidente.

Mayo 27 de 2018

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